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Mostrando las entradas de mayo, 2019
Yo creo en el amor para toda la vida y vos decís que “para toda la vida” sólo es eso, toda la vida. A vos te divierte cualquier partido de fútbol y yo tele no miro hace ya un par de años. Vos no podés evitar mirarme cuando me paseo en bombacha y yo, si estás sin remera, te tatúo en mi retina. No me gusta dormir sola y a vos te da igual. Preferís conmigo, decís, pero te da igual. Vos porque nunca dormiste con vos. Así cualquiera
El color de su pupila era marrón marrón tierra marrón aventura Su iris era del mismo color y todo estaba rodeado de negro. Me deje interpelar por su esclerótica sus parpados su sonrisa. Veo tu sonrisa pegada a tu boca y deseo ahogarme en el mar de tu saliva y así acampar toda la noche en tus labios que hoy están rosas por el frio invierno. Tus labios en este día. qué lindo día para abrigar tus labios hoy.
Sigo buscándote en la misma estación, sigo leyendo tu diario favorito y mirándote cuando te vas al trabajo mientras pensás que estoy dormida. Si no es suficiente dolor esta distancia que me permite hasta tocarte ¿Qué falta? ¿Cuánto más hay que bancar? Quite esa planta que tanto te molestaba en el balcón, cambie los domingos de siestas juntos por almuerzos en sociedad y aun así veo lo negro de tus ojos dilatarse al verme. Como si no reconocieras mis tatuajes, mis curvas, mis lunares. Como si tu ser se hubiera despegado del mío. Ya no me cantas esa canción que decía 'Un alma dividida en dos', ni me tocas cuando pasó desnuda para irme a la ducha. Tu amor se convirtió en un argumento que si te pido que justifiques te la llevas previa hasta el 2020. Comparto la cama con un desconocido, que me ve, pero no me mira, que me toca, pero no me acaricia. Levante bandera blanca por los dos Hoy toca dormir solos. Que descanses y su...

Historias del alma (I)

Tu terracita. Tu terracita y la cerveza artesanal del bar de la esquina, La luz tenue de los farolitos te ilumina la cara. Pienso, “Hace rato no nos veíamos ¿no?” Y me sonreís, como si me hubieses leído la mente. Lo conocí en una noche de Mar del Plata. Yo bajaba del ascensor para ir a la peatonal y, antes de encontrarme con toda su corporeidad, me encontré con sus ojos. Eran de un color miel que nunca había visto. “Ojalá así de dulce sea su boca” pensé. La cuestión con él es que nos miramos mucho. Nos miramos mucho tiempo antes de emitir palabra. Yo bajaba del ascensor del edificio y él siempre estaba ahí. No era necesario decir nada.. con sonreírnos lo decíamos todo. El día que me habló y que concretamos nuestro encuentro fue una de las cosas más soñadas que me pasaron. Anduvimos por lugares que yo no conocía y nos dimos esos besos que le das al pibe que no estas segura que te vas a volver a cruzar en tu vida. Así. Apasionados y llenos de profundidad. Con él me en...